Ya está en la calle BodyPassport y, la verdad, está funcionando muy bien. Crece con rapidez y eso nos anima. Pero no estoy aquí para hablar de mi libro, sino para contar la experiencia que supuso escoger la figura femenina que debe representar a la mujer cuyas curvas no ofenden a nadie. No fue fácil.
Cuando nos pusimos manos a la obra con la interfaz de introducción de medidas de BodyPassport teníamos claras algunas cosas:
– Había que mostrar junto a las medidas algún tipo de guía porque muchas personas no saben dónde se mide la cintura.
– Debía ser extremadamente sencilla.
– Debía exigir exclusivamente aquellos datos imprescindibles para poder realizar la compra de las prendas principales.
– El color iba a ser el azul, ya que es agradable tanto a hombres como mujeres. ¡La psicología del color manda! Olvidaros de vuestros gustos personales.
Cuando ya teníamos decididas las tonalidades, funcionalidades básicas, etcétera, nos surgió un problema: la silueta que debe representar a la mujer.
Te pones a buscar en Internet y aparecen muchas. No mentiré. Evidentemente, me basé en un par de modelos para dibujar al maniquí femenino de BodyPassport. Pero hubo que modificarlos para contentar a casi todos y a todas.
Me explico. Lo primero que puede ocurrir con un servicio como éste es que sea calificado de “herramienta que anima a la anorexia» o «el plugin que busca ridiculizar a la gente con sobrepeso» y otras cosas que puedan distorsionar su funcionalidad. Y no queremos eso, evidentemente. Por otro lado, uno de nuestros mayores nichos de mercado es la moda (¡no es el único ni mucho menos!), así que tampoco queremos ser el adalid de la defensa de las tallas grandes. Pero no tenemos nada en contra de ellas. Dicho de otro modo, queríamos agradar a casi todo el mundo y eso ya sabéis que es muy complicado.
Por eso la modelo femenina de BodyPassport tiene caderas anchas y cintura fina. La zona del pecho es “normal”, para que no destaque demasiado y, para no herir sensibilidades con las pieles bronceadas, oscuras o claras, decidimos que lo mejor era mostrar una especie de recortable. Blanco con los contornos en color negro.
Tras varias pruebas, en las que se reunió a las chicas del equipo delante de mi ordenador, se agrandaron y estiraron caderas, brazos, pelo… conseguimos la figura que agradaba a (casi) todo el mundo.
El resultado es nuestra chica anodinamente atractiva. Os la dejamos a continuación en la página de registro de medidas. Esperemos que os guste.
