Quedan 24 días para Startup Alley: ¡BeerCoding a partir de las 22:00!

Esta mañana entramos aquí a las 9 y, desde entonces, hemos estado diseñando, programando, testeando, reuniéndonos con Los del Río para hacer cosas nuevas en Internet (ahora hacen 50 años como dúo) y ¡comprando billetes para Nueva York!

Ya tenemos todo preparado y solo nos falta un buen apartamento. Si conocéis una buena oferta para pasar del 24 de abril al 25 de mayo en la Gran Manzana, avisadme a jpadilla@moodyo.com.

El caso es que después de tantas horas programando, con los ojos un poco “coloraos” y con el subidón en el cuerpo porque hemos confirmado algunas tiendas más verificadas para Moodyo y seguimos creciendo, decidimos darle a las 22:00 el nombre de “Hora del Beercoding» o, dicho de otra forma, hora a partir de la cual podemos programar con cerveza. Cruzcampo, por supuesto, y con moderación 😉

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Dicen las malas lenguas -pero las más sabias en esto…- que programar con un poco de alcohol en la sangre es una buena prueba para confirmar si un ingeniero es bueno o malo programando. De momento Álex y Lolo se comportan. Yo estoy escribiendo un post y, para eso, puedo beber cerveza. De hecho, los viejos maestros del periodismo cuentan que hubo una época, no muy lejana, en la que no faltaba en toda buena cajonera de plumilla una petaca para hacer más llevaderas las tarde-noches en la redacción.

En otro orden de cosas, Megan apura sus últimas horas en Manhattan. Esta tarde nos hemos conectado para cantarle cumpleaños feliz por Skype.

Hoy hemos confirmado que @Drita será blogger verificada en Moodyo, así que os ofrecerá un contenido genial a quienes amáis la tecnología. También hemos verificado a la usuaria Mary Carmen Bozal, blogger especialista en moda y, más concretamente, en tallas XL.

Finalmente, ¡ya tenemos preparado el documento de adhesión para tiendas! Y mañana viernes lo comenzarán a recibir todos aquellos que nos han solicitado estar en Moodyo. Habrá dos modalidades: dropshipping o afiliación

¡Se me olvidaba! Voy a grabar en vídeo mi experiencia en Nueva York para contaros, en primera persona todo lo que ocurra en #DisruptNYC

 ¡Cuánta ilusión!

Quedan 28 días para Startup Alley: La caja blanca y el teléfono que no suena

Hoy me he acordado de algo que me comentaron hace poco los emprendedores de Blaffin: “En Nueva York verás que todo va muy rápido. Muy, muy rápido”. David y Álvaro son dos chavales geniales que están trabajando en un producto que tiene muy buena pinta y forman parte de ese equipo de valientes que se plantan en Manhattan a hacer las Américas con una buena idea, un puñado de dólares y mucha ilusión. 

Fue sensacional hacer un Hangout la semana pasada con ellos. En 20 minutos te cuentan las tres verdades del barquero y los siempre útiles “tira por aquí y no tires por allí”. En esa conversación fue donde salió el asunto de la velocidad tan alta con la que se desarrollan las cosas allí a todos los niveles: crear empresa, buscar socios, validar un proyecto, etc. En definitiva, allí lo ven o no lo ven, pero no te marean. Y eso es fundamental en la fase inicial de cualquier proyecto que busca partners y crecer.

Aquí, sin embargo, comienzas una conversación con un tuit, la continúas dos días después por email, a eso le sigue una llamada de teléfono para explicar algo a lo que el jefe del jefe tendrá que dar el visto bueno. Y en ésas estamos con algunos asuntos curiosos. Así que hoy lunes me he quedado esperando varios correos y llamadas. Por contra, gente que no esperábamos nos ha llamado para dar muy buenas noticias y, además, ya casi tenemos vuelo y el apartamento está al caer. 

Como nuestra velocidad es otra por necesidad, nos hemos puesto a construir una caja blanca. Para ser justos, Espe y Reme se han puesto a hacer mil pruebas, han acudido a una papelería y con cartón, papel blanco, celo y unas tijeras han construido una caja blanca. Ya os contaremos en un par de posts para qué la necesitamos aunque, básicamente, es para poder hacer fotos a cosas pequeñas… ¡Muchas fotos! 

Quedan 29 días para Startup Alley: Planeando todo lo que necesitaremos

¡Ya no queda ni un mes! La cuenta atrás ha comenzado y estamos muy contentos. Tenemos abierta nuestra lista de cosas pendientes en “la nube” (vulgo Google Docs…) con mucho color rojo que debe pasar a verde. No solo hablamos de programación, diseño o presentaciones. Visados, pasaportes, alquiler… En realidad lo hacemos por Álex, que es un poco despistado 😉

Megan estuvo hace un par de días reunida en Nueva York con un tipo bastante interesante de una de las “grandes”. De las tres más grandes del mundo, para ser más exactos. Le gustó Moodyo y nos dio algunas pistas sobre cómo hay que llegar a Estados Unidos. Algo común a todas las presentaciones y reuniones que ha tenido nuestra compañera en Estados Unidos ha sido, resumido en otras palabras, el “hey, tenéis algo interesante”. No os creáis que es fácil. 

Quienes ya han estado en América saben que allí no les cuesta nada decirte que tu producto no sirve, está desactualizado, mal enfocado, ha llegado tarde (o pronto), no tiene mercado… Pero no ha sido el caso. Incluso en algún periódico de la Costa Oeste sacarán un pequeño reportaje sobre nosotros. 

Por desgracia, nada de esto significa nada. Como dice mi padre, “uno es grande hasta el día en que se lo cree”. Así que, a sabiendas de que es necesario disfrutar de esos halagos y usarlos como punto de apoyo, lo cierto es que no tenemos nada aún. Somos un grupo ilusionado con un producto en la calle que está avanzando y cambiando cada día en función de una serie de comportamientos de usuario que se traducen en números y curvas que, posteriormente, dan lugar a la toma de decisiones. Tan fácil y tan complicado.

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Mi equipo no necesita motivación extra. Ellos ya están motivados. Ver que la gente hace cosas en Moodyo, que ya no son zombies estadísticos (un día lo fueron, como en casi toda startup que se precie…), que comparten cosas en Twitter y Facebook, que nos solicitan cuentas verificadas… ¡Tener 34 tiendas ya esperando para ver cómo pueden vender desde Moodyo! Todo ayuda para mantener vivo este sueño cada mañana.

Recibir correos de chicas que te dicen “Estoy enganchada a Moodyo” o, incluso, de aquellos que dicen que es “una red para los frívolos” es motivo de alegría. Lo malo eran los días al inicio cuando perfilábamos el producto y no obteníamos ni frío ni calor.

Ahora toca buscar piso en Nueva York… ¿Alguna sugerencia?

Un mes para ir a Startup Alley en Nueva York

Dentro de 30 días estaremos, si Dios quiere, en Nueva York para presentar Moodyo en Startup Alley (Disrupt NYC 2013). No piso Manhattan desde 2008 y reconozco que tengo muchas ganas de ir. En realidad, todo el equipo está muy ilusionado. Estamos echando el resto para tener listas las cosas pendientes y las nuevas opciones. Megan está ahora en la Gran Manzana -antes ha estado 10 días en San Francisco- intentando ver cómo es el ecosistema de startups tecnológicas desde cerca, recogiendo opiniones sobre Moodyo de varios expertos y abriendo puertas con medios y bloggers. Y de momento, todo va genial.

TechCrunch Disrupt NY 2013
TechCrunch Disrupt NY 2013

Aunque el correo electrónico, Twitter y otras herramientas nos acercan a Estados Unidos como nunca, al final es necesario ir allí y decir que quieras desarrollar tu negocio. No es fácil, y el primer requisito es que montes allí una sociedad. Ni que decir tiene que ser bilingüe no es suficiente para hacer una buena plataforma internacional. Por mucho inglés que sepas es recomendable incorporar a tu equipo una personas nativa del país en el que intentas implantarte. Te ahorrarás muchas sorpresas.

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El emprendedor de palo

Van a tantos encuentros sobre emprendimiento que es imposible que les dé tiempo a emprender nada. Suelen tener una tarjeta de visita impecable, una historia grandilocuente para cada ocasión y un halo de amabilidad que resulta embriagador. El emprendedor de palo es una figura en alza en tiempos difíciles. Puede aparecer ante ti como CEO, business angel o “serial entrepreneur” porque, aunque ellos no suman, saben que un cargo en inglés es un valor añadido para los neófitos. Seguir leyendo «El emprendedor de palo»

De una cajera de banco y otros motivos para salir de Sevilla si emprendes en Internet

Emprender desde Sevilla es muy bonito. No voy a contar nada de esta ciudad porque quien la conoce y disfruta acaba volviendo; los otros ya viven en ella. Sin embargo, la ciudad carece de un ecosistema notable de emprendedores en el sector online. Hay empresas y personas que ya lo están haciendo, y eso es fenomenal. Casos como deMartina son referentes a nivel nacional. Pero no nos engañemos: es necesario salir con cierta periodicidad a Madrid o Barcelona para vender o mejorar tu trabajo. Seguir leyendo «De una cajera de banco y otros motivos para salir de Sevilla si emprendes en Internet»

La historia sobre cómo me robaron el dominio moodyo.com

Una mañana del 12 de agosto de 2007 me levanté con el firme propósito de registrar el dominio de la marca que rondaba mi mente desde la noche anterior. “Moodyo» era un nombre que me parecía adecuado para representar una página web donde las personas podían decir lo que les gustaba y lo que no les gustaba. Mismo ritual de siempre: buscar el dominio y, en caso de estar disponible, comprar el .com, .es y .net.

Entré en Piensasolutions (por aquel entonces registraba todos los dominios con ellos…), busqué y ¡eureka! Estaban disponibles. Ese día comía en casa de mis padres, así que pagué con la tarjeta y me fui sin mirar el correo electrónico. Al volver, veo el email y ¡horror! Tenía la confirmación del .es y el .net, pero no la del .com.

Al rato llegó un correo que, grosso modo, me decía que alguien había solicitado el mismo dominio que yo a la misma hora que yo. ¿Casualidad? No lo creo…

Al día siguiente tenía un fantástico y amable correo de un tipo estadounidense que me decía algo así como “Tengo tu dominio, pero no te preocupes que no te lo pondré muy caro. Por 10.000 dólares puede ser tuyo”. Tras unos minutos de cabreo pensé que no tenía previsto iniciar Moodyo inmediatamente así que no me iba a preocupar.

En realidad, estaba iniciando un proceso de negociación que duró 3 años y muchos correos electrónicos

Cada vez que se acercaba agosto recibía un email del “amigo” estadounidense que, generosamente, aceptaba bajar sus pretensiones. Yo, aunque me moría de ganas de tener ese dominio, escribía fríamente, dejando entrever que no me importaba y que podía poner en marcha mi negocio con el .net, el .es y alguno más que había comprado.

Un par de años después la negociación iba por 800 dólares. Me negué, por supuesto.

El día antes de Reyes (4 de enero) de 2010, recibo un correo de John Timmers de InTrust Domains en el que se me indica que moodyo.com estaría disponible para compra, de nuevo, en unos días. De nuevo, ligera indiferencia…

El 6 de enero, recibí otro mensaje en el que se me decía que podía comprarlo. Seguía siendo algo caro, pero el cambio dólar-euro me era muy favorable. Hablé por teléfono con un representante de InTrust Domains (me llamaron a mi oficina en Sevilla…) y estuvimos negociando durante unos minutos. Su oferta final, 100 dólares. Recuerdo que fueron, aproximadamente, al cambio de ese día, unos 65€.

Por lo tanto, Moodyo pasó de 6€ a 10.000 dólares (unos 7.500€ en 2007), después a 2.000…800… y, finalmente, 65€. Mereció la pena esperar, está claro.

No obstante, siempre me quedará la duda de qué ocurrió exactamente esa mañana del 12 de agosto de 2007 para que misteriosamente alguien comprara el mismo dominio que yo. Al no tratarse de un nombre relacionado con nada, francamente, no creo en la casualidad. ¿Quién me lo “robó”? Nunca lo sabré. Solo sé que ahora es mío y espero que lo siga siendo muchos años.