Quedan 19 días para Startup Alley: El día que empecé 8 veces una nota de prensa

Como periodista, hay dos cosas que me resultaban especialmente incómodas cuando comencé con Moodyo: ser entrevistado y escribir notas de prensa sobre mi proyecto. Lo primero se arregla a base de práctica, pero lo segundo me sigue costando demasiado. 

Cuando has estado muchos años recibiendo teletipos en una redacción aprendes la forma en la que no debes titular para acabar rápido en la papelera. Pero eso no significa que vayas a encontrar las claves para vender tu historia.

Ahora nos toca contarle a la gente que vamos a vender directamente desde Moodyo, que tenemos en exclusiva a una diseñadora de moda que ha creado complementos que han vestido Rihanna, Beyoncé o Anna Kournikova y venderemos sus productos a toda Europa, que ya tenemos artículos con miles de recomendaciones o creadores de tendencia con miles de seguidores…bla bla bla. 

Pero si quieres comunicar tantas cosas, lo más probable es que no acabes comunicando nada.

Puedes tirar por el lado “didáctico” e “ilustrativo” con frases como “los compradores online ya no buscan webs con opiniones sino que prefieren las recomendaciones de amigos o creadores de tendencia”. Genial, pero no se puede dejar de lado que Moodyo empieza a vender, dando un paso bastante importante (y natural) en su evolución, y que pronto se unirán más de 30 tiendas que aportarán miles de productos que podrán ser recomendados… ¡Y no nos podemos olvidar de la importancia que tiene contar con la venta de una marca en exclusiva!

Aaaaargh…

Insisto, es muy complejo. Además, no nos dirigimos a un único target. Enviaremos la nota de prensa a medios de moda, bloggers del gremio, modelos…pero también a periódicos locales generalistas. La noticia de Moodyo, ¿a dónde quiere ir a parar? ¿A la sección de Economía? ¿A Tecnología? ¿A Moda? ¿A todas? Ojalá.

Mañana continuaremos con la redacción y tendremos la nota lista antes de mediodía para lanzarla. Al fin y al cabo ya está preparado el sistema para vender, se han solucionado un puñado de bugs y se han añadido más mejoras a la plataforma. Y Álex y Lolo están deseando saber por dónde “peta” la máquina tras tantos cambios.

No os preocupéis, que publicaré el resultado final para que podamos debatir si hemos acertado o no con el tono final.

Ah, se me olvidaba: ya tenemos listas las camisetas que llevaremos a NY a Startup Alley. ¡Nos gustan mucho! ¿Y a vosotros? Allá va…

Quedan 24 días para Startup Alley: ¡BeerCoding a partir de las 22:00!

Esta mañana entramos aquí a las 9 y, desde entonces, hemos estado diseñando, programando, testeando, reuniéndonos con Los del Río para hacer cosas nuevas en Internet (ahora hacen 50 años como dúo) y ¡comprando billetes para Nueva York!

Ya tenemos todo preparado y solo nos falta un buen apartamento. Si conocéis una buena oferta para pasar del 24 de abril al 25 de mayo en la Gran Manzana, avisadme a jpadilla@moodyo.com.

El caso es que después de tantas horas programando, con los ojos un poco “coloraos” y con el subidón en el cuerpo porque hemos confirmado algunas tiendas más verificadas para Moodyo y seguimos creciendo, decidimos darle a las 22:00 el nombre de “Hora del Beercoding» o, dicho de otra forma, hora a partir de la cual podemos programar con cerveza. Cruzcampo, por supuesto, y con moderación 😉

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Dicen las malas lenguas -pero las más sabias en esto…- que programar con un poco de alcohol en la sangre es una buena prueba para confirmar si un ingeniero es bueno o malo programando. De momento Álex y Lolo se comportan. Yo estoy escribiendo un post y, para eso, puedo beber cerveza. De hecho, los viejos maestros del periodismo cuentan que hubo una época, no muy lejana, en la que no faltaba en toda buena cajonera de plumilla una petaca para hacer más llevaderas las tarde-noches en la redacción.

En otro orden de cosas, Megan apura sus últimas horas en Manhattan. Esta tarde nos hemos conectado para cantarle cumpleaños feliz por Skype.

Hoy hemos confirmado que @Drita será blogger verificada en Moodyo, así que os ofrecerá un contenido genial a quienes amáis la tecnología. También hemos verificado a la usuaria Mary Carmen Bozal, blogger especialista en moda y, más concretamente, en tallas XL.

Finalmente, ¡ya tenemos preparado el documento de adhesión para tiendas! Y mañana viernes lo comenzarán a recibir todos aquellos que nos han solicitado estar en Moodyo. Habrá dos modalidades: dropshipping o afiliación

¡Se me olvidaba! Voy a grabar en vídeo mi experiencia en Nueva York para contaros, en primera persona todo lo que ocurra en #DisruptNYC

 ¡Cuánta ilusión!

Quedan 28 días para Startup Alley: La caja blanca y el teléfono que no suena

Hoy me he acordado de algo que me comentaron hace poco los emprendedores de Blaffin: “En Nueva York verás que todo va muy rápido. Muy, muy rápido”. David y Álvaro son dos chavales geniales que están trabajando en un producto que tiene muy buena pinta y forman parte de ese equipo de valientes que se plantan en Manhattan a hacer las Américas con una buena idea, un puñado de dólares y mucha ilusión. 

Fue sensacional hacer un Hangout la semana pasada con ellos. En 20 minutos te cuentan las tres verdades del barquero y los siempre útiles “tira por aquí y no tires por allí”. En esa conversación fue donde salió el asunto de la velocidad tan alta con la que se desarrollan las cosas allí a todos los niveles: crear empresa, buscar socios, validar un proyecto, etc. En definitiva, allí lo ven o no lo ven, pero no te marean. Y eso es fundamental en la fase inicial de cualquier proyecto que busca partners y crecer.

Aquí, sin embargo, comienzas una conversación con un tuit, la continúas dos días después por email, a eso le sigue una llamada de teléfono para explicar algo a lo que el jefe del jefe tendrá que dar el visto bueno. Y en ésas estamos con algunos asuntos curiosos. Así que hoy lunes me he quedado esperando varios correos y llamadas. Por contra, gente que no esperábamos nos ha llamado para dar muy buenas noticias y, además, ya casi tenemos vuelo y el apartamento está al caer. 

Como nuestra velocidad es otra por necesidad, nos hemos puesto a construir una caja blanca. Para ser justos, Espe y Reme se han puesto a hacer mil pruebas, han acudido a una papelería y con cartón, papel blanco, celo y unas tijeras han construido una caja blanca. Ya os contaremos en un par de posts para qué la necesitamos aunque, básicamente, es para poder hacer fotos a cosas pequeñas… ¡Muchas fotos! 

Un mes para ir a Startup Alley en Nueva York

Dentro de 30 días estaremos, si Dios quiere, en Nueva York para presentar Moodyo en Startup Alley (Disrupt NYC 2013). No piso Manhattan desde 2008 y reconozco que tengo muchas ganas de ir. En realidad, todo el equipo está muy ilusionado. Estamos echando el resto para tener listas las cosas pendientes y las nuevas opciones. Megan está ahora en la Gran Manzana -antes ha estado 10 días en San Francisco- intentando ver cómo es el ecosistema de startups tecnológicas desde cerca, recogiendo opiniones sobre Moodyo de varios expertos y abriendo puertas con medios y bloggers. Y de momento, todo va genial.

TechCrunch Disrupt NY 2013
TechCrunch Disrupt NY 2013

Aunque el correo electrónico, Twitter y otras herramientas nos acercan a Estados Unidos como nunca, al final es necesario ir allí y decir que quieras desarrollar tu negocio. No es fácil, y el primer requisito es que montes allí una sociedad. Ni que decir tiene que ser bilingüe no es suficiente para hacer una buena plataforma internacional. Por mucho inglés que sepas es recomendable incorporar a tu equipo una personas nativa del país en el que intentas implantarte. Te ahorrarás muchas sorpresas.

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La historia sobre cómo me robaron el dominio moodyo.com

Una mañana del 12 de agosto de 2007 me levanté con el firme propósito de registrar el dominio de la marca que rondaba mi mente desde la noche anterior. “Moodyo» era un nombre que me parecía adecuado para representar una página web donde las personas podían decir lo que les gustaba y lo que no les gustaba. Mismo ritual de siempre: buscar el dominio y, en caso de estar disponible, comprar el .com, .es y .net.

Entré en Piensasolutions (por aquel entonces registraba todos los dominios con ellos…), busqué y ¡eureka! Estaban disponibles. Ese día comía en casa de mis padres, así que pagué con la tarjeta y me fui sin mirar el correo electrónico. Al volver, veo el email y ¡horror! Tenía la confirmación del .es y el .net, pero no la del .com.

Al rato llegó un correo que, grosso modo, me decía que alguien había solicitado el mismo dominio que yo a la misma hora que yo. ¿Casualidad? No lo creo…

Al día siguiente tenía un fantástico y amable correo de un tipo estadounidense que me decía algo así como “Tengo tu dominio, pero no te preocupes que no te lo pondré muy caro. Por 10.000 dólares puede ser tuyo”. Tras unos minutos de cabreo pensé que no tenía previsto iniciar Moodyo inmediatamente así que no me iba a preocupar.

En realidad, estaba iniciando un proceso de negociación que duró 3 años y muchos correos electrónicos

Cada vez que se acercaba agosto recibía un email del “amigo” estadounidense que, generosamente, aceptaba bajar sus pretensiones. Yo, aunque me moría de ganas de tener ese dominio, escribía fríamente, dejando entrever que no me importaba y que podía poner en marcha mi negocio con el .net, el .es y alguno más que había comprado.

Un par de años después la negociación iba por 800 dólares. Me negué, por supuesto.

El día antes de Reyes (4 de enero) de 2010, recibo un correo de John Timmers de InTrust Domains en el que se me indica que moodyo.com estaría disponible para compra, de nuevo, en unos días. De nuevo, ligera indiferencia…

El 6 de enero, recibí otro mensaje en el que se me decía que podía comprarlo. Seguía siendo algo caro, pero el cambio dólar-euro me era muy favorable. Hablé por teléfono con un representante de InTrust Domains (me llamaron a mi oficina en Sevilla…) y estuvimos negociando durante unos minutos. Su oferta final, 100 dólares. Recuerdo que fueron, aproximadamente, al cambio de ese día, unos 65€.

Por lo tanto, Moodyo pasó de 6€ a 10.000 dólares (unos 7.500€ en 2007), después a 2.000…800… y, finalmente, 65€. Mereció la pena esperar, está claro.

No obstante, siempre me quedará la duda de qué ocurrió exactamente esa mañana del 12 de agosto de 2007 para que misteriosamente alguien comprara el mismo dominio que yo. Al no tratarse de un nombre relacionado con nada, francamente, no creo en la casualidad. ¿Quién me lo “robó”? Nunca lo sabré. Solo sé que ahora es mío y espero que lo siga siendo muchos años.

Mi agradecimiento por el XXI Premio de la Comunicación de la APS

A continuación os reproduzco el pequeño discurso que di ayer en la Fundación Cajasol:

Muchas gracias a la Asociación de la Prensa de Sevilla por concederme este premio y gracias también a los compañeros que decidieron presentar mi candidatura. Todos los reconocimientos son bonitos, pero cuando vienen de tus colegas de profesión son aún más valiosos.

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Cómo hacer el vídeo de presentación de tu startup sin gastar demasiado

En Moodyo seguimos al pie de la letra el método “Lean Startup”. Curiosamente, lo hacemos sin saber que se llamaba así o que existía una guía para hacer las cosas de esta forma.

Por eso, hacemos una modificación, metemos analítica, trackeamos y tomamos decisiones en cuestión de pocos días. Y repetimos ese proceso con cada nueva opción, botón, diseño o estrategia. Así nació Twissues, que crece rápidamente y así nacerá pronto otra nueva startup orientada al mundo de la moda. Seguir leyendo «Cómo hacer el vídeo de presentación de tu startup sin gastar demasiado»

Moodyo en pocas palabras

La capacidad de síntesis es una virtud. Más aún cuando eres emprendedor. La atención de los satélites que se sitúan en torno a tu producto decrece de forma exponencial desde el primer segundo. Y eso es letal cuando esos satélites son inversores.

Ese fue uno de mis primeros errores. Hasta que empecé con Moodyo no había tenido problemas a la hora de definir mis proyectos en Internet. Mis pequeños éxitos se circunscriben al ámbito de las webs informativas. Todas ellas se definen con 5 o 6 palabras perfectamente.

Hay muchas opciones válidas a la hora de definir tu producto de cara al mercado al que quieres dirigirte. Una que me gusta mucho es coger un referente conocido por todos y utilizarlo como espejo con algunas modificaciones. ¡Ojo! Esto hay que hacerlo con mucho cuidado porque puedes resultar peligrosamente pretencioso. Seguir leyendo «Moodyo en pocas palabras»

Mi primera ronda de inversión

Mi guitarra eléctricaHe cerrado la primera ronda de financiación para Moodyo después de muchos meses trabajando con mi equipo (no conozco al tuyo, pero el mío es increíble…). Varios planes de negocios, hojas de Excel interminables y diversas reuniones para conseguir fondos con los que poder sustentar el crecimiento de uno de mis principales proyectos.

Buscar inversión suena bien pero es un camino complicado en el que no solo se busca dinero. Por hacer un símil fácil de entender, convencer a tu primer inversor puede equivaler a convencer a un banco para que te dé una hipoteca sin trabajo porque acabas de finalizar tu carrera con un buen expediente académico.

Me alegro mucho de haber tenido que buscar inversión pasados los 30 años. Las “tablas” que uno tiene a esta edad son bien distintas a las que tienes cuando eres un joven con mucho empuje, pero con dificultad para encajar un “NO” inesperado. Seguramente, dentro de unos años será todavía mejor.

Tengo mucha suerte porque con Moodyo solo hemos tocado a dos o tres fuentes de capital y, al final, todos han entrado o han querido entrar. Un orgullo para mí que algunos de los principales business angels e inversores españoles hayan confiado en nosotros.

Es un tópico, pero no por ello deja de ser menos cierto: los inversores pondrán su dinero en ti y en tu equipo, no en tu empresa; tu ilusión, tu capacidad para hacer equipo, para motivar, para compartir y crear conocimiento, para sonreír ante un “no”… Al fin y al cabo tu empresa no deja de ser una idea prometedora. Y las ideas no son nada sin personas que las impulsen en todo momento con mucha fuerza.

Cuando comencé con Moodyo disponía de algunos ahorros -el pretérito imperfecto de indicativo NO es gratuito…- que eran insuficientes a medio plazo. Pero nunca pensé en que me iba a quedar sin dinero. Lo busqué donde pude, incluso para poder contratar ingenieros freelance que me ayudaron en fases importantes de la construcción de la plataforma. 

Siempre tuve la sensación de poder seguir adelante, durmiendo menos, soportando épocas de estrés, ansiedad y falta de sueño muy complicadas y estudiando mucho todas las noches antes de dormir. Como dice mi padre, “la informática caduca todas las tardes”. Todo, siempre, con el apoyo incondicional de Amparo, que se ha embarcado también en esta aventura convencida de que todo llegará a buen puerto. Ella es mi “angel”, sin el “business” delante.

He cerrado mi primera ronda de inversión y sigo sin tener dinero para mí. Es algo que sigue sin importarme. Hay personas que no creen en el emprendimiento sin un fin claramente lucrativo; yo pienso firmemente que sí existe ese perfil y que es el necesario para tener una verdadera mentalidad de startup. Necesitas que crezcan tus proyectos, que se hagan rentables y que la gente trabaje con ilusión.

Como veis, no obvio la rentabilidad. Es absurdo emprender sin querer generar algo muy rentable. Pero ya habrá tiempo para asegurar la cuenta corriente. Desde que me compré mi batería y mi mesa de mezclas -y me regalaron mi guitarra eléctrica…- hay pocas cosas nuevas materiales que me llamen realmente la atención.

Para esas cosas que aún me atraen, siempre me quedará Moodyo, donde podré añadir nuevos deseos y compartirlos con los demás. Cuando esos deseos sean pensamientos que tuitear, estará Twissues en un futuro, paliando el Alzheimer digital al que nos condena la gran cantidad de información que producimos a diario. Y en medio, de alguna manera, leyéndome, utilizando alguno de mis servicios, criticándome, ignorándome, apoyándome o embarcado en algún proyecto mío, estarás tú. Gracias.

Lo que nunca sale en los planes de negocios

No me gustan los planes de negocio. Es mejor dejarlo claro al principio para que nadie se lleve a engaño, y así puedan dejar de leer aquellos que piensen que una empresa no puede salir adelante sin 60 folios llenos de argumentos e hipótesis económicas.

No me gustan los planes de negocio porque me gusta más ver a las personas que hay detrás de ellos. Valores como la ilusión, la implicación, el brillo de los ojos al hablar de tu idea, las horas que dedicas a hacer deporte o cómo influye en ti que las acciones de Facebook se desplomen, nunca aparecerán en este tipo de documentos.

Pero no nos engañemos. Son necesarios. Sobre todo al principio. Sirven para analizar el mercado e intentar trazar una ruta que debe parecerse al camino que piensas iniciar. 

El plan de negocio de El Desmarque (www.eldesmarque.es) se hizo en una servilleta y se selló con 49 euros (lo que costaba pagar el primer mes de servidor). Hasta que no llevábamos 3 años no hubo ningún tipo de documento que indicara hacia dónde iba la empresa. Hoy tiene 43 redactores y sedes en Sevilla, Bilbao, Málaga, Huelva y Cádiz y sigue en expansión. Nunca vi una tabla de Excel cuando solicité a su equipo entrar en el accionariado. Ni me interesaba. Ni la tenían. Ni hacía falta. Vi a un equipo ilusionado, con gente joven y que se divertía haciendo un trabajo que, a veces, puede ser muy ingrato.

Sin darnos cuenta estábamos llevando a cabo eso que se llama el “Producto Mínimo Viable”: 6 amigos periodistas, uno de ellos con conocimientos de Internet, que instalan un gestor de contenido de código abierto y se lanzan con una página muy sencilla que informa de Betis, Sevilla y Cajasol. Como “extra”, una sección para lectores. Coste total para iniciar el experimento: 49 euros. Agosto de 2006. Y funcionó. A la semana cambiamos de servidor. A las 3 semanas hubo que migrar a un servidor dedicado. Desde entonces, no ha parado de crecer. Hoy tiene más de 80.000 lectores diarios.

Ni una sola empresa habría dado un préstamo o una inversión para aquel proyecto que, desde el año 1, comenzó a arrojar cierta rentabilidad. Dinero que se reinvirtió, y así continuamos, en eso que los profesionales llamarían “expansión”, “I+D+i”…y otros palabros que se pueden englobar dentro de “Avanzar”.

No había plan de negocio, los integrantes -con la excepción de quien suscribe, y que aún tenía, y tiene, un mundo por aprender…- no conocían mucho el sector online y todo era una aventura por descubrir. Pero, ¿cuál era el punto fuerte? Las ganas. Un intangible que vale oro.

Muchos de los grandes negocios que conozco han nacido y crecido así: una idea, un buen equipo, ilusión y una inversión mínima. Al contrario no funciona. Si tienes dinero y tienes que ponerte a hacer un equipo y buscar algo que funcione no lo tendrás fácil. ¿Twitter? Sí, es la excepción que confirma la regla. Evan Williams, Jack Dorsey y compañía tenían 5 millones de dólares, no sabían qué hacer con ese dinero en Odeo y se les acababa el tiempo. Pero ya venían de vender una plataforma de blogs a Google así que no eran, precisamente, novatos.

Los planes de negocios en Internet tienen como principal hándicap el factor “tiempo”. No han terminado de redactarse cuando ya son obsoletos. Twitter tiene 400 millones de usuarios…no, 500…no, 600… Y Facebook tiene 900 millones…no, 1.000 y vale en bolsa menos de la mitad de lo que valía cuando comenzó su IPO. Las cifras sobre previsiones de eCommerce a nivel global varían cada año. España estaba muy atrás en comercio online en Europa y ahora es el tercer país, a pesar (o gracias a) la crisis. Google saca Google+ sin avisar y siempre estará ahí para intentar hacer lo que tú haces mejor que tú, más rápido y gratis. ¿Alguno os atrevéis a decir si Facebook seguirá siendo la red social líder dentro de 2 años? Imaginad hacer un plan de negocios a 5 años contemplando a la red social de Zuckerberg como competidor o partner. ¿Y si Amazon es, en 5 años, competencia directa de Mercadona? Probablemente sea así.

«Ok, pero ¿habrá algo a lo que agarrarse?», es una pregunta clásica entre analistas económicos cuando se enfrentan a un plan de negocios para un proyecto online. Sí, el equipo, sus ganas y su capacidad para girar el timón a tiempo si hace falta. Lo demás es pura ciencia-ficción.

Evidentemente, hay planes de negocios que llegan a ser consistentes a base de dar mucho la lata, recortar, ampliar y conseguir situar tus objetivos en un camino relativamente “estable”.

En nuestro caso, redactar el plan de negocio de Moodyo Enterprises nos llevó 12 meses. Se hicieron varios borradores, 3 versiones “definitivas” y una última, estable, que sigue vigente tras varios meses. Pero costó, ¿eh? Cuando dos analistas que llevan muuuuuchos años haciendo este tipo de documentos (con bastante éxito, por cierto) se pusieron a ver las magnitudes se quedaron un poco “a cuadros”. Todo en Internet es desproporcionado cuando funciona bien. Intenta explicar que pasas de, por ejemplo, 30.000 a 11.000.000 de usuarios en menos de 2 años y que tus beneficios pueden superar los 50 millones de euros sin que todo el mundo te mire y te diga: “Vale, y ahora dejémonos de bromas” (No son los números de Moodyo, tranquilos…).

Así que tu primera tarea, si quieres convencer aunque sea a tu economista, es cargarte de argumentos (la historia de Facebook, Foursquare, Twitter y, por supuesto, otros más pequeños pero igualmente válidos como Tuenti o BuyVIP son un buen punto de partida) para poder sustentar tus hipótesis de crecimiento.

Y, ¿qué es lo que nunca saldrá en un plan de negocio? Muchas cosas. Casi todas relacionadas precisamente con la “gasolina” que hace triunfar las ideas. Tu capacidad para hacer frente a un contratiempo importante, tu voluntad y capacidad para seguir adelante -o, llegado el caso, abandonar a tiempo-, lo bueno o malo que eres para dirigir a un equipo de personas y motivarlos, el nivel de curiosidad que te lleva a ir por delante de los demás conociendo a esa pequeña startup rusa a la que, llegado el caso, podéis utilizar como partner, los “ases” en la manga (fundamental) que iluminan la cara de tus compañeros cuando todo parece torcerse… Podría seguir, pero creo que todos nos hacemos una idea.

Por eso no me gustan los planes de negocio. Los creo necesarios y sirven para aprender terminología y pautas que habrás de utilizar posteriormente en muchas ocasiones. Hay que saber hacer un balance o, al menos, interpretarlo correctamente. Es necesario conocer los costes salariales completos, la media salarial para cada categoría profesional, etcétera. Elaborar el DAFO (probablemente lo más interesante y donde más tiempo debes gastar…) es algo que te bajará al suelo en muchos casos, pero si no lo haces bien y dedicándole las horas necesarias, te encontrarás con que había varias “debilidades” y “amenazas” que no contemplaste.

Si algunos tenéis dudas al respecto de alguna idea o, en general, sobre cualquier aspecto relacionado con vuestra startup, podéis contactar conmigo en jpadilla@moodyo.com o, en Twitter, @elpady.